Las tecnologías de la información y la comunicación se ven revolucionadas con los nuevos dispositivos inteligentes de ¿tableta-teléfono o computadora? Las compañías de equipos electrónicos compiten en el diseño, aplicación, peso, estética, accesibilidad a “todo-todo-todo lo que quieras en el lugar que quieras y cuando quieras” (siempre y cuando haya el acceso a la señal de internet). Esta era de revolución tecnológica una al mundo y, el trabajo se extiende más allá de un espacio físico. Las personas pueden seguir su trabajo, estudio y diversión a partir de estos dispositivos: se comunican, informan, orientan, discuten, toman decisiones, estudian.
¿Entonces, cuál es el papel del conocimiento ante este universo de contenidos? ¿Cuáles son las habilidades que se requieren para la formación de las personas? No podemos seguir hablando de una educación institucional. El acceso a contenidos va más allá de lo que un educador puede plantear en un espacio de clase, virtual o físico. Los roles del educador y del alumno deben reconsiderarse al igual que el concepto de aprendizaje y contenidos como describe la teoría de la actividad, desde el enfoque sociocultural.
El aprendizaje se ve mediado por estos dispositivos tecnológicos y, podemos debatir a partir de las noticias como la situación en Egipto, accesar a museos de diferentes partes del mundo a través de Art Project, compartir con otros a través de plataformas educativas, redes sociales. ¿Entonces qué es aprender? ¿Para qué debemos aprender si el conocimiento está dado de manera actualizada a través de estos medios tecnológicos móviles? Sobre todo, que invitan a descubrir e investigar porque sus funciones y alcances en proyección, accesibilidad, memoria, video, fotografía, grabación de audio resultan más fascinantes que participar en un aula de clase frente a un orador con conocimiento enciclopédico. Resulta embarazoso para la educación tradicional continuar trabajando inmerso en este mundo de revolución tecnológica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario